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Cuando se entienda que Mendoza necesita minería, vamos a crecer

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El año pasado la construcción en Mendoza cayó 8,5% mientras que en la hermana San Juan creció un 24%, destacó José Candeloro en diálogo con Mendoza Post. El dirigente empresarial resumió en dos palabras porque San Juan crece y Mendoza no: la minería. Demandó una mesa de consenso que imponga todos los controles que hagan falta para poner en marcha la minería porque con la matriz productiva actual, concluyó que se camina hacia una mayor pobreza. Pidió que el gobierno provincial acelere las licitaciones para reactivar la obra pública mendocina.

¿Después de estos dos años atípicos, cuál es hoy la situación de la construcción en Mendoza, a pesar de que se dice que la actividad está creciendo?

Si bien hay una parte que se está moviendo, que es la privada con los planes de Mendoza Activa que produjo una mejora respecto de 2020, en realidad no hay nada que celebrar. Las empresas están con muy poco trabajo, sobre todo las empresas de la Cámara que hacen obra pública, y aunque hay un plan y un presupuesto de obras públicas aprobado para el 2022, recién han aparecido algunas licitaciones, muy poco para nosotros. A nuestro entender deberíamos estar en un proceso licitatorio de todo lo presupuestado, que ya se aprobó, porque entre que se hace el llamado a licitación, se adjudica, se estudia y se empieza la obra, no son menos de 90 días con mucho viento a favor.

¿Cuánto es la cantidad de mano de obra ocupada en la construcción?

Hoy estamos hablando de unos 8.000 registrados trabajando. Comparado con años de buena actividad, en que hemos llegado a tener 15.000 personas empleadas, estamos muy abajo. Lo lógico y razonable es que si hace 6 años teníamos 15.000, hoy deberíamos tener 18.000 personas trabajando, si la economía hubiese seguido creciendo, pero como estamos actualmente no podemos recuperar ni lo que teníamos en el 2017.

¿Entonces no hay tal crecimiento?

Como dije, en la obra privada hay movimiento, se está terminando lo que ya estaba en ejecución, pero no hay nada nuevo. En la obra pública, prácticamente no. Es más, si uno ve los datos del IERIC (Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción) y compara a San Juan con Mendoza, en un año, San Juan creció el 24% y Mendoza, por el contrario, cayó el 8,5%.

¿Por qué esa diferencia?

Porque no hay obras, porque San Juan tiene mucha obra pública y la está ejecutando, todas las empresas están con trabajo allá. El año pasado se ha hecho mucho en San Juan y Mendoza ha estado un poco más relegada.

¿Eso es por un tema de gestión o de una posición más favorable de San Juan con la Nación?

Son las dos cosas. Convengamos que la relación de San Juan con la Nación es distinta y por ahí tiene los fondos, llegan más fáciles, en cambio nuestra provincia tiene una situación compleja con la Nación, que es de conocimiento público, de estas discusiones de política que existen siempre en este país y que no nos llevan a nada.

La verdad es que siempre estamos presos de la política, pero tampoco ha habido casi obras con el presupuesto provincial.

¿Y por qué?

Bueno…, eso es lo que nosotros nos venimos planteando, creo que ha sido producto de la pandemia, se dio más presupuesto para salud y la variable de ajuste, en cualquier gobierno, es la obra pública.

Por lo que me dice, no es lo que pasa en San Juan. ¿La comparación con nuestros vecinos es válida, teniendo en cuenta la diferencia de población y tamaño de la economía?

San Juan tiene una ventaja con respecto a Mendoza, que ya venimos planteando hace tiempo desde la Cámara y que es el problema que tiene nuestra provincia: la minería.

Al haber minería en San Juan, los recursos son otros y el movimiento es otro. La minería genera mucha mano de obra y mucho trabajo y eso les da riqueza a ellos y por lo tanto genera recursos para hacer obras para San Juan.

Cuando un sector muy chiquito de la población mendocina entienda que Mendoza necesita hacer minería, y hablo de minería responsable y controlada como corresponde, vamos a poder empezar a desarrollar la provincia y cambiar la matriz productiva porque si no, como estamos no vamos bien.

Además, la provincia de San Juan tiene un presupuesto para obra pública mucho más amplio que el nuestro y también tienen más recursos nacionales, que eso es una cuestión política.

¿Usted dice que con lo que hay no alcanza?

No, no. Si no se cambia la matriz productiva de Mendoza, en pocos años vamos a tener problemas y de hecho ya los tenemos.

Le pregunto porque la contraposición al argumento de la minería, es que, con una industria del vino de punta, más el desarrollo de la agroindustria y el turismo, se puede generar un crecimiento más limpio sin riesgo de contaminación del agua.

Es que eso no alcanza, hay que mirar los números. La vitivinicultura en Mendoza es el 3% del PBI (Producto Bruto Interno) aproximadamente, con eso no se mueve una provincia. Lo que sí ha crecido mucho es el turismo, que es otra de las cosas que proponemos desarrollar más con obras de infraestructura y hoy, sacando la pandemia, debe ser el ingreso más importante de Mendoza.

Pero más allá de esto, la minería es una industria muy importante para darle crecimiento a nuestra provincia, generar riqueza, trabajo, que es lo que más hace falta, y sobre todo trabajo formal, porque seguimos con mucho trabajo informal y es muy malo para la sociedad. Hay que generar empleo genuino y eso se puede hacer a través de la minería.

La vitivinicultura funciona bien Mendoza, se ha posicionado a nivel mundial, produce vinos de alta gama muy reconocidos, pero es para un sector muy pequeño de la provincia.

¿Y los riesgos de contaminación del agua que se presentarían con la minería? Además, nadie confía en los controles del Estado.

Es que tenemos que cambiar esa mentalidad. Se tienen que sentar todos los sectores en una mesa, tenemos una de las universidades más prestigiosas del país, el recurso humano de Mendoza es muy reconocido en todos lados, entonces hagamos una mesa y que todos se encarguen de que eso no pase. Sino crucémonos a Chile, que hace minería de Norte a Sur y exportan diez veces más que nosotros, y para exportar a otro país hay que tener todo en condiciones, sino no le reciben los productos: exigen calidad y estándares de producción.

Como puede ser que del otro lado de la cordillera, donde tienen una franja de territorio mucho más angosta y problemática que la nuestra funcione la minería y nosotros no podemos hacer minería porque no confiamos en quien la va a controlar.

Se tiene que terminar esa discusión. Hagamos minería como corresponde y controlemos como corresponde, que participe el sector privado, el sector público, las universidades.

¿En cuánto beneficiaría la minería al sector de la construcción?

No beneficiaría solo a la construcción, beneficiaría a toda la provincia. Le puedo decir que después de la minería San Juan ha cambiado mucho, yo trabajé en San Juan hace 20 años y uno va hoy allá y ya es otra cosa. Hágase una escapada a San Juan y se va a dar cuenta. Es un parámetro simple, hay que ir a verla, nada más.

Me pregunto: ¿Es necesario llegar a que en vez de tener el 40% de pobres en Mendoza tengamos el 60 o el 70%? ¿Y que cada vez haya menos gente que quiera trabajar por un montón de factores que oprimen a los emprendedores que quieren hacer cosas?

Por ejemplo, en la construcción tenemos otra problemática. Va gente a pedir trabajo y cuando le decimos que lo vamos a tomar en blanco, el trabajador no quiere trabajar en blanco, porque nos dice que va a perder el plan social.

Entonces, la persona que está trabajando en la construcción del sector privado, está en negro, con un sueldo parecido al que tendría en blanco y sigue cobrando el plan. Y yo lo entiendo al trabajador, porque no es lo mismo cobrar sin el plan que con el plan.

¿Si hoy abriera Mendoza el camino a la minería, no serían un obstáculo la inflación y la situación económica que hay?

No, porque es un negocio distinto. La minería se vende en dólares por lo que entrarían divisas en dólares al país, mejor todavía. Aparte, desarrollar minería es un proceso muy largo, de años, porque primero se hacen los estudios, se explora, se hace el plan, se empiezan a hacer las inversiones y capaz que eso lleva cuatro o cinco años.

Mientras más demoremos en sentarnos a discutir este tema y resolver, más grave va a ser nuestra situación.

Le escuché decir que «estamos presos de la política» cuando la política tendría que ser liberadora. ¿Por qué lo dice?

Porque las discusiones internas del partido gobernante a nivel nacional no generan políticas claras ni tampoco un rumbo, y la oposición por su parte, solo están peleándose entre ellos y con el gobierno, todos viviendo en una pelea constante por el poder para ver quien lo tiene y la verdad es que no lo tiene nadie. Entonces, estamos a la deriva.

Hoy, la foto del país, es que nadie tiene el poder. Es un conjunto de sectores peleándose a ver quién gobierna y como siempre ha pasado acá, cada gobierno que entra le echa la culpa al de atrás y el próximo le echa la culpa al anterior y mientras nunca se van a sentar en una mesa para resolver el tema de la minería.

Tiene que existir en algún momento, que todos los sectores políticos se sienten a discutir un plan a largo plazo, políticas de Estado en el tiempo. Miremos a Chile, con un presidente totalmente distinto al que se va, quien va a seguir manejando la economía es el mismo funcionario que lleva 8 o 10 años en el cargo.

Todos le echan la culpa al gobierno anterior, pero resulta que la pobreza viene creciendo desde hace treinta años, ni siquiera se estancó, entonces todos hemos hecho las cosas mal. Mientras tanto, ellos están ocupados en la lucha por el poder. ¿No se dan cuenta de eso? Es lo inverso a lo que necesita la gente. La gente está presa de todo esto, lamentablemente.

¿Qué opinión tiene de Portezuelo del Viento?

Creo que hay que darle un corte al tema. Los gobiernos nacional y provincial tienen que resolver por sí o por no, pero que dejen de dar vueltas y seguir discutiendo políticamente. Esperemos que se resuelva pronto. Volvemos a lo mismo, como lo que le dije de las licitaciones, que el Gobierno no llama a licitación con la celeridad que necesitamos para lo que está previsto en 2022.

¿Cuál es la chance de una política de vivienda para Mendoza con el sector privado?

Es imposible con la inflación que hay, que cualquier provincia, municipio o Estado, puedan armar un plan excepto que sean subvencionadas por el Estado como son las viviendas sociales que el Estado pone la plata y punto y la cuota es mínima.

No hay nada que pueda financiar la vivienda a largo plazo con las tasas de interés vigentes y menos con los sueldos por detrás de la inflación.

En otros países es distinto y hablo de nuestros vecinos: Perú, Chile, Bolivia inclusive, actualmente, tienen préstamos al 4% anual y acá las tasas están al 40% para tomar un préstamo. Es decir, lo que en los otros países hay que devolver en interés en 10 años, acá hay que devolverlo en 1 año. Así es inviable cualquier proyecto de la casa propia.

Fuente: MendozaPost